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UN AÑO SIN TI

    Carta a mi esposa que está en el cielo  Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te escribí. Se lo mucho que te gustaba que lo hiciera y se como atesorabas cada palabra que te decía.  Te amaré bajo la lluvia, la luna es testigo de nuestro amor y te amo de aquí hasta el infinito, eran algunas de las frases que solía remarcar en esas cartas.  Hoy pienso en cómo debería empezar. Tal vez pidiendo perdón porque di por sentado que estabas conmigo y quizá no había necesidad de escribirte otra vez. Sin embargo, hoy quiero hacerlo, quiero expresar lo que siento y aunque sea locura, aunque la leas o no, me da tranquilidad saber que al menos lo hice por última vez.  Sobra decir que te extraño porque sé que lo sabes. Sabes que las lágrimas que he derramado por ti no podrán ser medidas. Y sabes que te amo y que nada que pase acá abajo hará que te deje de amar como lo hago. Tal vez ya no pueda verte o abrazarte, pero te envío este mensaje al cielo para recordarte todo mi amor .  Sé que est

Extraño a mi esposa fallecida: ¿cómo manejar el luto?



Hace ya 6 meses que murió la mujer que amaba y desde el día que partió no dejo de extrañarla. Es dificil no echarla de menos porque eramos inseparables y eso me lleva a anorar hacer cosas con ella. Aun tengo cosas que a ella le pertenecian y esto evoca su receurdo y el dolor de no tenerla a mi lado.  

Al dormir, mi subconciente que aun no se ha dado cuenta que ella no esta, me hace soñar con ella como reclamando su presencia para satisfacer ese vacio que dejo en mi vida. Los sueños son algo asi como que está a mi lado y estamos compartiendo tiempo, ella me habla etc pero ya leugo cuando despierto y veo que ella no está conmigo, la tristeza me invade y me hace desear volver a dormir para volvera ver, asi fuera en sueno.


Al despertar, ese vacio transforma mi vida en una completa desolacion, que yo llamaria tirsteza profunda, y que esta tan arraigada en tu alma que no te permite ver otra cosa mas a tu alrededor. Es como una nube gris que no te permite avanzar y aunque trato de empezar a vivir el día aceptando la realidad como es, siempre vuelve a mí el dolor causado por el vacio, que en otras palabras es el mismo DUELO. Cosa que jamas habia experimentado en tan gran magnitud.


Sin embargo, de alguna manera simpre intento ignorar la tristeza y pensar positivo ya que tengo dos hijas por la cuales debo luchar, pero llegan momentos en los que no puedo controlar el bajonaso animico, dado que sus recuerdos llaman a la nostalgia y allí mi día se vuelve oscuro.

¿La tristeza que siento por mi esposa fallecida se irá algún día?


Por momentos pienso que esa tristeza profunda se a va quedar a vivir conmigo, y en ocasiones siento que me dice: “¡Hey! No puedes estar feliz, la persona que tanto amabas se fue y no volverá”. Es como si mi cuerpo fuese parte de la tristeza y no al revés, como si la nostalgia que deja este duelo gobernará mi vida. 


Esta tristeza por mi esposa fallecida, además está conectada con otras emociones, como el enojo, la culpa y la ansiedad, además de otras manifestaciones físicas como una presión en el pecho, ahogo, náuseas, dolor de cabeza y muchas noches de insomnio que me llevan a pensar que quiza superar esta tristeza no sera algo facil. 

Sin embargo, con el paso de los días me doy cuenta de que el tiempo es quien se convierte en mi mejor aliado. Él es quien puede ayudarme a superar el duelo por mi esposa fallecida. Vivir el día a día y sentir todas las emociones que nos deja el duelo, es una forma de sanar. 


Desde luego, mientras más apego se siente por la persona fallecida, más fuertes serán las sensaciones de tristeza y nostalgia que los recuerdos de esa persona detonan en nosotros y mas tiempo se tardara en procesar todas estas emociones y sensaciones que traen la tristeza, pero en definitiva es el tiempo, el mejor forma para superar la muerte de tu cónyuge.


Como lideo con mis emociones?


Como menciono arriba, los recuerdos de la persona fallecida invocan a las emociones y al principio no sabremos exactamente cómo lidiar con ellas, sin embargo, pronto descubriremos que esas emociones que se van surgiendo son la herramienta mas útil que nos va permitir confrontar a la tristeza.


Es como afrontar la situación de una manera inconsciente, llega el enojo y al principio reaccionaremos con despecion y rudez a todo aquel que esta en nuestro alrededor, pero con el tiempo estas reacciones, si las asumimos correctamente nos lleva a entender que no puedo reaccionar de esta forma si no mas bien de una manera mas adecuada. si lo hacemos correctamente nuestra capacidad para adaptarnos a la vida durante un duelo sera mas exitosa.


De esta forma, nos vamos apoyando en los momentos y recuerdos compartidos con la persona fallecida, que evocan emociones y a su vez nos llevan a reaccionar y decidir ante esos instantes de melancolía y que a su vez van moldeando la manera en la que aceptas que ese ser amado ya no está. 


En otras palabras, lo peor que podemos hacer ante un duelo es quedarnos en negación y no afrontar la realidad de que la persona se marchó y que debemos continuar nuestras vidas.

¿Cómo podemos dominar la tristeza que nos deja la muerte de un ser amado?


Para doblegar a la tristeza de forma definitiva, hay que vivir las etapas del duelo. Estas etapas son: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.


Creo que cuando extrañamos tanto a esa persona, aún estamos en la parte de la negación. No podemos creer que ese ser amado falleciera. Por mucho que intentamos asumir la situación, nos movemos entre etapas y no le damos lugar a la aceptación, fase a la que debemos llegar si queremos evitar vivir un duelo patológico.

 

La tristeza solo se va a ir si manejamos adecuadamente las etapas del duelo. Cuando aprendamos a aceptar que esa persona se fue, lograremos “dominar” la tristeza.

 

Soy un fiel seguidor de esa famosa frase que dice: “El dolor de perder a un ser querido, nunca se va. Se aprende a vivir con él”. Y es que aceptar no es fácil, pero hay que hacerlo.


Hay que soltar, despedirse, dejar ir. No se puede vivir con el dolor que nos deja una esposa fallecida o un ser amado que no volverá. A la larga, te va a hacer más daño, y no solo eso, va a afectar a las personas que están a tu alrededor.

¿Cómo continúo con mi vida y acepto que murió esa persona amada?



Mi esposa era joven, tenía 33 años y murió debido a una ruptura espontánea de una arteria del corazón. SCAD, por sus siglas en inglés. Científicamente aún se desconoce la razón por la cual sucede esto.


Por si fuese poco, su muerte sucedió en el momento más difícil en el cual podría haber ocurrido. Quedé solo con dos niñas pequeñas: una de 20 días de nacida y otra de 2 años y medio de edad.

 

Los que son padres saben que la etapa de crianza más difícil es la que transcurre entre los 0 meses hasta los 2 años de edad. Desde los 2 hasta los 5 años ocurre un proceso que también es intenso porque los niños no acatan órdenes y carecen de percepción de riesgo.

 

Yo no podía creer que mi esposa había fallecido. Además me había dejado con dos niñas, incrementando el dolor.


Ella estaba llena de vida. Era una mujer estudiada. Pensaba ayudar a encontrar curas y vacunas en esta etapa tan complicada. Cuando ella falleció, nuestros sueños como familia murieron con ella.

De la negación a la ira, de la negociación a la depresión por mi esposa fallecida

 

Me moví en la etapa de la negación e ira los primeros meses. “¿Por qué a mí?”. Luego entre la negociación y la depresión, haciendo parte de mi vida a la tristeza y buscando apaciguar ese dolor con más dolor.


Aprendí que estos comportamientos son normales y tienes que vivirlos. Sin embargo, llega un momento en el que debes tomar la decisión de continuar, porque esos comportamientos, por más justificados que sean al pasar por una etapa de duelo, están afectando tu salud mental y tus relaciones sociales.

 

En mi caso, mis hijas me están ayudando a movilizarme rápidamente a la etapa de aceptación. No quiero decir con esto que ya vivo en aceptación o que ya no extraño a mi esposa fallecida. Al contrario.


Considero que hay momentos en los que vuelvo a la negación, pero trato de vivir en aceptación por mis hijas y porque entendí que la mejor forma de honrar la vida de esa mujer amada es siguiendo adelante y no dejándome vencer por su partida. 

 

Mientras mejor logre manejar el duelo, más fácil será para mí acompañar a mis hijas cuando les toque entender que perdieron a su madre y comiencen, a su manera, a elaborar su duelo. Mi tarea entonces será modelar adecuadamente el duelo de mis hijas, porque ellas también lo tienen que vivir, y si yo logro hacerlo adecuadamente, ellas a su vez, también lo conseguirán.

Así que, ¿cómo puedes continuar sin esa persona?

Es triste aceptar y esa es la parte más difícil. Sin embargo, cuando dejamos que el tiempo nos moldee, confrontamos la situación y aceptamos todo tal cual es. Déjame decirte, querido amigo, que es precisamente en ese momento cuando logras entender que no todo acabó. Esa persona se fue, pero no sus recuerdos.


Nuestras hijas son el mejor recuerdo que ella me pudo haber dejado. Así que debemos aferrarnos a esos momentos lindos. Alguna vez ella me dijo: “Quiero ir a Hawái, quiero abrir un café…” Así que, ¿por qué no tomar la decisión de vivir esos momentos que a ella le hubiesen gustado y hacer sus sueños realidad?

 

Yo sé que si todo hubiese sido al revés y yo hubiese fallecido en lugar de ella, no me gustaría verla llorar desconsolada como yo lo hago. Tampoco me gustaría verla sin propósito, mucho menos que deje de soñar.


Creo que a ella tampoco le hubiese gustado que yo hiciera lo mismo. Así que decido continuar viviendo por ella, por su legado y por nuestras hijas.

 

Ahora tú que estás leyendo, si has perdido a una persona querida, si sufres por tu esposa fallecida o por la muerte de tu cónyuge, estoy seguro de que ese ser amado no quiere verte llorar más.


Ve, más bien, y disfruta de aquello que esa persona disfrutaba. Hazlo en honor a ellos. No hay nada más lindo y sanador que honrar su vida y su legado recordándolos con dicha y haciendo realidad sus sueños.




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