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UN AÑO SIN TI

    Carta a mi esposa que está en el cielo  Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te escribí. Se lo mucho que te gustaba que lo hiciera y se como atesorabas cada palabra que te decía.  Te amaré bajo la lluvia, la luna es testigo de nuestro amor y te amo de aquí hasta el infinito, eran algunas de las frases que solía remarcar en esas cartas.  Hoy pienso en cómo debería empezar. Tal vez pidiendo perdón porque di por sentado que estabas conmigo y quizá no había necesidad de escribirte otra vez. Sin embargo, hoy quiero hacerlo, quiero expresar lo que siento y aunque sea locura, aunque la leas o no, me da tranquilidad saber que al menos lo hice por última vez.  Sobra decir que te extraño porque sé que lo sabes. Sabes que las lágrimas que he derramado por ti no podrán ser medidas. Y sabes que te amo y que nada que pase acá abajo hará que te deje de amar como lo hago. Tal vez ya no pueda verte o abrazarte, pero te envío este mensaje al cielo para recordarte todo mi amor .  Sé que est

¿Cómo educar a tus hijas cuando eres un padre viudo?

Mi esposa falleció cuando nuestra segunda hija tenía 20 días de nacida y nuestra hija mayor tenía 2 años y medio. Pensaba lo injusto que estaba siendo la vida conmigo al convertirme en un padre viudo. Sé que la muerte nos va a llegar a todos, pero, ¿tenía que ser justo en ese momento? ¿Justo cuando más la necesitaba? 

El día que ella se fue, le prometí que iba a cuidar de nuestras hijas por los dos. La verdad no sabía cómo iba a cumplir esa promesa, pero ese día, el instinto de padre protector se elevó de tal forma que me dio fuerzas para hacerlo. Esto no quiere decir que ha sido fácil, en lo absoluto. 

 

Recargarme con la ayuda de mis familiares durante los primeros meses de la partida de mi esposa, fue supremamente esencial para entender que era necesario preocuparme por mí mismo.



Elaborando el duelo como un hombre viudo


Ahora que me había convertido en un padre viudo, tenía que ocuparme de mi salud mental y física, para de esta manera obtener los recursos necesarios que necesita un hombre soltero para levantar a dos niñas.

 

Para esto fue necesario acudir a terapia con psicólogos y especialistas en muerte. En mi caso, y por mi creencia en Dios, el acercarme a líderes y pastores cristianos, y escuchar sus consejos, fue de bastante ayuda para elaborar el duelo y poder decir: estoy listo para dar el siguiente paso. 

 

Todo este tiempo se convirtió en un proceso de elaboración del duelo. Esto vino acompañado de alteraciones emocionales, necesidades físicas y psicológicas que la pérdida de mi esposa me estaban ocasionando.

 

Así fue como aprendí y entendí que mi situación no era común. Sin embargo, leer sobre cómo otras personas habían tenido experiencias similares, donde la pérdida de la esposa marcó un antes y un después en sus vidas, cerró una pregunta que tenía rodando en mi cabeza: ¿Por qué a mi?

 

Y es que, aunque parezca poco común, existen miles de personas que pasan por esta situación, casi a diario. Así que por más loco que parezca, ver cómo otros sufren cosas similares, nos trae alivio. En primer lugar porque no estamos solos; en segundo, porque no somos los únicos; y tercero: si ellos pueden,  ¡yo también puedo!

¿Cómo puedo convertirme en el mejor padre que mis hijas puedan tener?


Ahora, a pesar de todos los casos de hombres viudos o de personas que habían perdido a alguien en circunstancias difíciles, no he encontrado hasta el momento a alguien que tenga una bebé de meses de nacida que necesita toda tu atención, y una niña de 2 años y medio que necesita aún más atención.

 

En resumen, es algo muy difícil de aceptar. Sin embargo, leer es la clave para entender.  Después que decido tomar el paso de irme a vivir solo con mis hijas y de ser ese padre independiente, lo más acertado era leer acerca de las necesidades emocionales por las cuales estaban atravesando mis hijas.

 

De esta forma podía ayudarles a elaborar correctamente esas emociones y de esta manera no dejar que el trauma de perder a una madre, sea un tropiezo en su crecimiento.


La evolución de mi bebé durante los primeros meses.


Mis hijas tienen una forma bastante diferente de regularse emocionalmente. Esto tiene que ver con su temperamento (o estructura biológica con la que nacieron), que las hace ser a una más explosiva y a la otra más calmada.

 

Con la bebé los primeros 6 meses fueron fáciles. En esta etapa existen sólo dos emociones: placer y disgusto. Sus placeres son dormir y tomar tetero. Sus disgustos son tener hambre y sueño.

 

Esa es la bebé que todos quisiéramos tener, y esto se lo debo a Dios quien majestuosamente creó a mi bebé para ese momento. Eso era algo que me facilitaba la vida porque así podía ayudar a mi hija grande quien requería mucha más atención. 

 

El apego hacia mamá no se generó (usando la teoría de Bowlby como referencia), debido a la partida tan temprana. Sin embargo, el papel fundamental que tuve que cumplir en esta etapa fue crucial para ayudarla a tener seguridad y confianza en el medio ambiente, ya que esto es lo que genera el cuidador durante los primeros meses de vida. 


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Mi hija mayor es la que más me necesita




Mi hija mayor, estaba en una etapa mucho más peculiar. Mi preocupación especial era por ella, quien en cierta forma había creado un apego seguro con su mamá y de un momento a otro, esa seguridad ya no estaba.

 

Pasó en un instante de estar de apego seguro a un apego desorganizado. Bastante difícil de entender para un papá viudo que recién pierde a su esposa y adicional tiene que lidiar con una bebé recién nacida. 

 

Lo más difícil fue tratar de hacerle entender a mi hija mayor la ausencia de mamá y que ya no la íbamos a volver a ver nunca más. Yo tomé la decisión de decirle lo que yo creo.

 

Creo que ella está en el cielo, porque para nosotros los cristianos, hay vida después de la muerte. Tu cuerpo físico ya no está, pero tu espíritu sigue vivo y ha reencarnado en un ser celestial. Esto si crees en tu corazón que Jesús resucitó y confiesas con tu boca que él es tu Señor.

 

Muchas teorías te dicen que es mejor no decirle que está en el cielo, porque podría fantasear con que ella va a regresar. Me atrevería a decir que nosotros los cristianos fantaseamos con el regreso de Jesús. Así que para mí no es fantasear, es una verdad y esto además de ser sanador para ella, la va a ayudar a crear identidad como cristiana, entendiendo que cuando hay muerte la vida no se detiene allí. Esta fue la vida eterna que nos regaló Jesús. 

 

Así que opté por hablarle de esto a mi hija desde el principio. Todas las noches leemos la biblia y trato de explicarle que hay un Dios en el cielo y que allí es donde está mamá. 

 

Esto ayudó mucho en el proceso de mi hija para entender que mamá no está, y aunque hay ocasiones en las que me dice: “papá no quiero que mamá esté más en el cielo, quiero que ella baje”, partiéndome el alma en dos. Esto a la vez me ayuda a sacar fuerzas para explicar que mamá nos ve desde allá arriba y que ella estará muy orgullosa de verla crecer.


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Así que mi papel en este caso para crear nuevamente seguridad fue continuar haciendo las tareas que mamá cumplía con ella. Peinarla, leer libros, ver películas de Disney, etc. Cosas que no te hacen más femenino, pero te hacen mejor papá.

 

Esto ayuda a entender que hay alguien que sigue cumpliendo ese papel de cuidador en su vida y así poder generar nuevamente confianza en el mundo que la rodea. 

 

Aunque hay muchas más emociones por trabajar con ella. Mi hija mayor se encuentra en la etapa donde su desarrollo emocional es ansioso cada vez que sus sentimientos se salen de control, chocando con los límites puestos por papá y su independencia.

 

Esta etapa es una de las más estresantes para los padres. Además requiere de bastante paciencia. Es muy importante el diálogo y validar las emociones, para que el niño o la niña se sientan escuchados. 


La importancia del apoyo emocional ahora que mamá no está


Este proceso de ser un padre soltero independiente y estar solo con tus hijas, te hace entender la necesidad de tener una mamá. Además resalta el papel tan importante que cumplen las mujeres en una familia.

 

Sin dudas, la madre de mis hijas era la mejor esposa que podía tener y ahora, que me había quedado viudo, en lo más profundo de mi corazón ansiaba poder de decírselo. Quería que ella lo supiera.

 

Ahora me encuentro cumpliendo el papel de papá-mamá y todo lo que esta responsabilidad implica. Cocinar, lavar ropa, bañar an mis niñas, peinarlas, llevarlas al daycare y muchas tareas más.

 

Además de todo esto, no debemos olvidar el apoyo emocional que se le debe brindar a dos bebés en crecimiento para evitar crear miedos y traumas. Es crucial entender la importancia de hablar, corregir con respeto y amar. ¡Amar hasta más no poder! Hasta hacerlas sentir que hay alguien a su lado. 




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