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UN AÑO SIN TI

    Carta a mi esposa que está en el cielo  Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te escribí. Se lo mucho que te gustaba que lo hiciera y se como atesorabas cada palabra que te decía.  Te amaré bajo la lluvia, la luna es testigo de nuestro amor y te amo de aquí hasta el infinito, eran algunas de las frases que solía remarcar en esas cartas.  Hoy pienso en cómo debería empezar. Tal vez pidiendo perdón porque di por sentado que estabas conmigo y quizá no había necesidad de escribirte otra vez. Sin embargo, hoy quiero hacerlo, quiero expresar lo que siento y aunque sea locura, aunque la leas o no, me da tranquilidad saber que al menos lo hice por última vez.  Sobra decir que te extraño porque sé que lo sabes. Sabes que las lágrimas que he derramado por ti no podrán ser medidas. Y sabes que te amo y que nada que pase acá abajo hará que te deje de amar como lo hago. Tal vez ya no pueda verte o abrazarte, pero te envío este mensaje al cielo para recordarte todo mi amor .  Sé que est

El dolor cuando muere un ser querido

La intensidad del dolor que experimenta cada uno de nosotros cuando muere un ser querido, será proporcional al tipo de relación que haya existido entre el doliente y la persona fallecida.


A mayor cercanía entre ambos en vida, mucho más fuerte será el dolor por la pérdida de ese ser querido. También existen personas que son más susceptibles al dolor que otras.


A esto se le conoce como “el umbral del dolor”. Se trata de la capacidad que tenemos los seres humanos de soportar esta sensación. Puede ser físico o emocional. Es decir, una persona puede recibir el mismo estímulo ante la muerte de un ser amado, pero la intensidad puede llegar a ser mínima o máxima (tolerancia al dolor), dependiendo de las condiciones físicas y de su personalidad.


Yo ya había experimentado la sensación que nos invade cuando muere un ser querido. Perdí a mi única abuela muy joven. Perdí a mi hermano mayor, quien tenía 45 años. También perdí a varios tíos.

Y aunque dolió y dejó un vacío muy grande en mi vida, no fue comparable a la muerte de mi esposa. La pérdida de mi esposa fue demasiado devastadora en comparación con estos otros fallecimientos.


¿Por qué fue tan dolorosa la pérdida de mi esposa?



Bueno, ella era mi amante, mi mejor amiga, la mamá de mis hijas. Era una mujer joven, con 33 años de edad. Acababa de graduarse de la universidad y teníamos muchos sueños juntos.


Queríamos tener una familia con tres hijos, nuestra casa propia, ser profesionales exitosos. Queríamos contar con una fundación sin ánimo de lucro y ayudar a otros; en fin. Todos estos sueños, que eran compartidos, murieron con ella. O al menos eso pensaba los primeros meses de su partida. 


En mi experiencia, el dolor por la pérdida influyó de forma negativa en mi vida, especialmente en los aspectos psicológicos. 


En la parte objetiva, las sensaciones físicas me llevaron a percibir el dolor con una intensidad demasiado fuerte y desagradable. Por momentos insoportable.


Lo que estoy queriendo decir con todo esto es que en mi caso, lo que la psicología del dolor llama umbral del dolor, se estaba manifestando de una forma muy baja. Mi umbral del dolor era escaso, por esto, el sentimiento al que estaba sometido por la muerte de un ser querido fue difícil de manejar.


¿Cómo la psicología del dolor observa las sensaciones durante el duelo?


La psicología del dolor habla de tres puntos claves de intervención en el dolor:


  • El componente sensorial, que básicamente se basa en las condiciones físicas del dolor. Como un golpe o un pellizco.
  • El componente cognitivo, que es el significado que la persona le da a ese dolor.
  • El componente subjetivo emocional, que corresponde a la sensación de dolor alimentada por las experiencias subjetivas. 


Cuando muere un ser querido, el dolor que genera la pérdida se mueve en los tres componentes.


El sensorial, porque produce malestar físico que se manifiesta en forma de cefaleas, molestias gástricas y otros problemas que vienen por el desgaste emocional.


El componente cognitivo, porque el dolor emocional lleva a la persona que vive el duelo a dar una interpretación adjudicada a su situación particular, como por ejemplo: “mis hijas se quedaron sin mamá”.


Y por último el componente subjetivo emocional, que tiene que ver con la percepción individual del dolor y de lo que este sentimiento significa para cada uno de nosotros. Obviamente esta percepción está basada en nuestras creencias, perspectivas y formas de pensar.


Por ejemplo, yo creía que una familia está conformada por papá, mamá e hijos. Y me cuesta mucho entender que una familia también se constituye de un padre y sus hijos, aunque mamá falte. 


Lee también: Extraño a mi esposa fallecida: ¿cómo manejar el luto?


Considero que el dolor que sentí al perder a mi esposa fue tan severo, que nunca pensé que podría volver a enfrentar la vida; no sin ella. Todos los sueños por los que habíamos luchado se fueron en un abrir y cerrar de ojos.


No solo eso, pasé de dormir con alguien a dormir solo. Levantarme y no tener a quien abrazar. Desear volver a tener esas conversaciones en medio de un café mañanero. Todo se había esfumado.


Recuerdo muy bien que las primeras semanas de su partida, en realidad no era yo. Era como un ente que iba por la vida, robando el aire de las personas. Incluso respirar era algo que hacía con dificultad, debido a mi bajo umbral de dolor.


Hubo gente que entabló conversaciones conmigo de las cuales ya no recuerdo nada. Gente que me ayudó demasiado en su momento, aunque yo no tenía cabeza para agradecerles. Ya nada tenía sentido para mí.


Sin embargo, quedó la tarea de levantar a dos niñas pequeñas.


Al principio, era una tarea bastante ardua, porque no solo tenía que cargar con mi propio dolor, sino con el de mi hija de 2 años que preguntaba por su mamá constantemente. Además tenía que hacerme cargo de una bebé de meses de nacida. Esto se convirtió en un dolor aún más profundo, que parecía no tener cura. 

¿Cómo encontrar sentido a la vida cuando muere un ser querido?


Como compartí en otro de mis blogs, fue necesario buscar ayuda para poder enfrentar este dolor. Algo que se recomienda cuando estás enfrentando un duelo es dedicarte tiempo a ti mismo, para poder reconocer eso que estás viviendo.


Pues bien, durante ese tiempo entendí que cuando muere un ser querido, en el fondo siempre vas a encontrar una motivación para continuar. En este caso fueron mis hijas. Yo no sé qué hubiese sido de mí si ellas no hubiesen estado allí.



Esto me hace entender que cuando hay un motivo para vivir, por más difícil que sea la situación, esa razón te va a levantar. Como dice la frase de Nietzsche: “Quien tiene un por qué para vivir, encontrará casi siempre el cómo”.


Esta cita reconoce la importancia de encontrar sentido a las situaciones que atravesamos como seres humanos. Los seres humanos siempre estamos orientados hacia una meta, propósito o proyecto. Ese es nuestro diseño original.

No olvides tus metas y propósitos


Aunque perder a un ser querido nos cambia completamente el rumbo, algo importante en este caso es no olvidar esos propósitos, metas o logros. 


Las herramientas para lograr estos objetivos están a tu alrededor: el amor de tu familia cercana, tus mejores amigos, tu trabajo, tus estudios, en fin… Todo aquello que te motive a seguir es una herramienta.


En este caso, el esfuerzo es importante. Tus planes no se pueden quedar estancados contigo. La vida continúa y estoy seguro de que a esas personas que están en el cielo no les gustará vernos llorar todo el tiempo por ellos. Al contrario, les gustaría vernos triunfar. 


Eso en cierta forma honra la memoria de los que ya no están.   

Hay que reconocer, que los primeros meses del duelo son los más difíciles de procesar. Vas a extrañar a esa persona, querrás verla, hablar con ella. De cierta manera, querrás continuar viviendo esa vida que tenías y es difícil admitir que eso ya no va a suceder.

Hay que hacerse a la idea de que esa persona se fue y no va a volver. Me gustaría decir que existe una pócima mágica que te hace deshacerte del dolor, pero la única manera que tienes de superarlo realmente es enfrentándolo y atravesándolo.

Cada parte de él es esencial para determinar si te quedas estancado en el duelo (lo que se conoce comúnmente como duelo patológico) o si decides avanzar y dar una nueva oportunidad a tu vida. 

Cuando muere un ser querido, también es importante tomar decisiones. Después de 6 meses de llorar a mi esposa fallecida, hoy decido no llorar más. Cada vez que lamentaba su partida, realmente me estaba haciendo mucho daño. Mis días se ponían más tristes y amargos. 

Así que tomé la decisión de continuar con nuestros sueños, aquellos que compartimos juntos. Esto me ayudó a encontrar paz en medio de la tormenta. Tomé la decisión de honrar su vida. Por ejemplo, el día de su cumpleaños fuimos a comer comida japonesa, que era la que más le gustaba.

Al final de todo, las herramientas más importantes están a tu alrededor. La decisión de seguir adelante será fundamental para lograr sanar este dolor. 




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