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UN AÑO SIN TI

    Carta a mi esposa que está en el cielo  Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te escribí. Se lo mucho que te gustaba que lo hiciera y se como atesorabas cada palabra que te decía.  Te amaré bajo la lluvia, la luna es testigo de nuestro amor y te amo de aquí hasta el infinito, eran algunas de las frases que solía remarcar en esas cartas.  Hoy pienso en cómo debería empezar. Tal vez pidiendo perdón porque di por sentado que estabas conmigo y quizá no había necesidad de escribirte otra vez. Sin embargo, hoy quiero hacerlo, quiero expresar lo que siento y aunque sea locura, aunque la leas o no, me da tranquilidad saber que al menos lo hice por última vez.  Sobra decir que te extraño porque sé que lo sabes. Sabes que las lágrimas que he derramado por ti no podrán ser medidas. Y sabes que te amo y que nada que pase acá abajo hará que te deje de amar como lo hago. Tal vez ya no pueda verte o abrazarte, pero te envío este mensaje al cielo para recordarte todo mi amor .  Sé que est

: ¿Cómo asumir la crianza de tus hijos cuando eres padre soltero o madre soltera?

Ser padre soltero de dos niñas marcó mi vida para siempre. Uno de mis sueños desde que era pequeño era poder tener una familia, constituida por papá, mamá e hijos. 


Desafortunadamente, la vida me llevó a tener que enfrentar la muerte de mi esposa, justo después del nacimiento de nuestra segunda hija. Ahora me encontraba en un rol de papá soltero por viudez, criando dos niñas pequeñas que necesitaban toda la atención posible. 




 
Asumiendo mi nuevo rol como padre soltero

 

Los padres por esencia somos más pasivos al momento de ejercer la parentalidad. Damos por hecho que un yogurt como desayuno es más que suficiente o pensamos que quizá las pijamas no son necesarias para dormir. Somos más prácticos y hacemos las cosas lo más fácil posible. Preferimos evitar las complicaciones y la fatiga. 

 

Después del fallecimiento de mi esposa y madre de mis hijas, comencé a recordar diariamente sus consejos, que en su momento yo llamaba retahílas o cantaletas. Cosas como: “ponle una pinta que combine con sus zapatos”, “peinala”, “aplícale crema” o “no le hagas tan duro”. 

 

Aunque al principio los consideraba innecesarios, estos consejos se insertaron en mí como un chip y me llevaron a asumir un nuevo rol de mamá y papá. Me preguntaba constantemente ¿qué haría mamá en este momento? Tratando de hacer las cosas lo más parecido posible a la forma en la que ella lo hacía.


Y es que todos sabemos que por más fortaleza que tengamos los hombres solteros, nos hace falta la sensibilidad y el detalle de una mujer. 

 

¿Cuán difícil es ser papá soltero? 

 

En una familia, los hombres por lo general tenemos la esencia de ser los proveedores. Es el hombre el que garantiza que en la casa haya comida y que todas las necesidades básicas están suplidas. Es el encargado de crear la protección y seguridad en el hogar. 


Por su parte la mujer en la familia, por esencia, es la encargada de llenar con amor el hogar y sensibilizarlo con sentimientos, como el afecto, la ternura o la compasión a los hijos. 

 

Por supuesto, hay madres solteras que también proveen y asumen el rol de protección y seguridad. Esto es de admirar, porque suplen esa necesidad sin tener que trabajar extra para conseguirlo. Es entendible, porque la situación las lleva a asumir ese papel, ya que al final alguien debe hacerlo.

 

Sin embargo, por otro lado los padres solteros deben hacer un poco más de esfuerzo para poder adquirir esas habilidades más tiernas y delicadas que deben recibir los niños en su familia. Así que definitivamente, el hombre debe hacer un trabajo extra para lograr ser más afectivo con sus hijos. 

 

Mi rol como papá soltero me llevó a entender que de alguna manera tenía que suplir esa parte sensible del hogar para hacer sentir a mis hijas amadas. 


En este caso, sentía que yo debía hacer un triple esfuerzo al tener que generar la provisión y protección; crear el afecto y a su vez llenar el vacío que había dejado mamá al partir. Adicionalmente, tenía que lidiar con el duelo después de perder a mi esposa.


¿Qué hacer cuando eres padre soltero?

 

Mis hijas son el motor de mi vida. Desde que mamá partió, mi amor por ellas creció. Ellas son fruto del amor que viví con mi esposa fallecida, además, son el motivo diario para continuar. Así que siempre habrá en tu vida un elemento motivador, por más difícil que sea la situación. 

 

Verlas crecer y ver la necesidad de que alguien las cuide, las proteja y les dé amor, me hizo entender que esa era mi tarea. Una tarea sumamente importante ante la cual no podía simplemente dar la vuelta y huir.


Debía tomar la decisión de levantar a esas niñas y hacerlas tan fuertes como fuese posible, para que así pudieran, no solo enfrentar la idea de que mamá había fallecido, sino también todos los infortunios que la vida nos trae a diario.

 

Para lograr esto es importante entender sus necesidades. Es importante que los niños de 0 a 2 años creen un apego seguro con sus cuidadores. También es fundamental que los niños de 2 años en adelante, que ya logran reconocer emociones, aprendan a identificarlas y a canalizarlas correctamente. Esto se llama ayudarles a desarrollar inteligencia emocional. Aquí el cuidador es quien tiene la tarea esencial en el fortalecimiento de estas habilidades.

 

Entiendo que todo esto para un padre o madre soltera puede ser bastante trabajo, pero es necesario que se creen estrategias. Dicho plan debe adaptarse lo mejor posible a las situaciones específicas de la familia, para que los niños tengan un buen desarrollo emocional. Esto los llevará a tener una vida social activa, sin temores, sin complejos o bajas de autoestima y por ende una mejor calidad de vida en su adultez.


Vea tambien: ¿CÓMO EDUCAR A TUS HIJAS CUANDO ERES UN PADRE VIUDO? 

 

Debemos ocuparnos de nuestro duelo


Para poder ayudar a los niños a crecer emocionalmente sanos es importante trabajar en nuestra propia vida y nuestro propio bienestar. 

 

En mi caso, yo estoy enfrentando un duelo por pérdida y debo trabajarlo con terapeutas. Por su parte, existen a su vez padres solteros y madres solteras que viven duelos por separación y la carga emocional que se maneja en estas situaciones se convierten en interferencias para llevar adelante una crianza saludable.


Sea cual sea el caso, estos dolores emocionales interfieren no sólo en nuestra vida, sino también en la crianza de nuestros hijos. Precisamente por esto, es importante que se trabaje de forma adecuada esas emociones no elaboradas por las cuales tenemos que atravesar a la hora de la pérdida o la separación. 


Es muy difícil pretender hacer el trabajo solos. Muchas veces la forma en la que pensamos y asumimos las cosas, no son las adecuadas para enfrentar los sucesos traumáticos de nuestra vida. En primer lugar es necesario entendernos a nosotros mismos. Se hace indispensable entender cómo pensamos, y cómo actuamos.  


Para lograr ese objetivo, contamos con el acompañamiento de los psicólogos. Muchos de ellos actúan como profesores que te enseñan a identificar lo que sucede internamente y te enseñan a manejar todas esas emociones, pensamientos y acciones que pueden no ser las formas correctas de abordar la situación o que interfieren en tu vida y en la crianza de los hijos. 

 

Un consejo muy valioso: No intentes comparar tu vida con otras

 

Me desestabilizaba mucho al ver mamás con sus hijos, aferrado a la idea de que mamá debería estar ahí para suplir esa necesidad de cuidado. 


También me hacía mucho daño ver familias de papá, mamá e hijos. Esto me partía siempre el corazón. Me preguntaba: ¿cómo era posible que yo estuviera solo? 


Hasta que un día entendí que simplemente no podía darme el lujo de compararme con ellos, porque cada caso es único y mi responsabilidad era asumir mi situación, sin buscar culpables y manejando mis emociones correctamente. En este caso la inteligencia emocional es la clave


Así que a medida que el tiempo pasa y logras reflexionar con lo sucedido. Te das cuenta de que: 


  • Tienes un motivo por el cual luchar. En muchos casos, nuestros hijos. 

  • Necesitamos estar bien para poder avanzar y ayudar a nuestros hijos a crecer de forma saludable, tanto física como emocionalmente. 

  • No podemos hacerlo solos, por más fuerte que seamos. Necesitamos ayuda psicológica, ayuda de nuestros familiares y amigos. 

  • No tratemos de vivir una vida imaginaria de comparación o permanecer en el pasado. Por el contrario, debemos asumir la situación con responsabilidad. 

  • Y por último: nunca dejemos a un lado la idea de creer que Dios sigue gobernando el universo y que él nunca se equivoca. 


Fortaleciendo nuestras emociones, sin miedo a pedir ayuda o a buscar el acompañamiento correcto, no solo lograremos estar bien para nosotros mismos. Muy especialmente como padres o madres solteras, conseguiremos el equilibrio para apoyar y educar sanamente a nuestros hijos.




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