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UN AÑO SIN TI

    Carta a mi esposa que está en el cielo  Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te escribí. Se lo mucho que te gustaba que lo hiciera y se como atesorabas cada palabra que te decía.  Te amaré bajo la lluvia, la luna es testigo de nuestro amor y te amo de aquí hasta el infinito, eran algunas de las frases que solía remarcar en esas cartas.  Hoy pienso en cómo debería empezar. Tal vez pidiendo perdón porque di por sentado que estabas conmigo y quizá no había necesidad de escribirte otra vez. Sin embargo, hoy quiero hacerlo, quiero expresar lo que siento y aunque sea locura, aunque la leas o no, me da tranquilidad saber que al menos lo hice por última vez.  Sobra decir que te extraño porque sé que lo sabes. Sabes que las lágrimas que he derramado por ti no podrán ser medidas. Y sabes que te amo y que nada que pase acá abajo hará que te deje de amar como lo hago. Tal vez ya no pueda verte o abrazarte, pero te envío este mensaje al cielo para recordar...

¿Cómo creer en Dios a pesar de la adversidad?

La muerte de mi esposa y madre de mis dos hijas fue tan repentina que mucha gente quedó sorprendida ante un suceso tan trágico. Ella era una persona joven, dulce, gentil, llena de vida y de amor. 


Los que la conocieron saben que siempre tenía una palabra para dar ánimo. Su corazón de oro irradiaba nobleza. Amaba a las personas de forma incondicional  y lo más importante en su vida era creer en Dios. 



Su relación con Él fue tan retadora que siempre me llevaba a desafiar mi propia fe. Él era su centro, su motor y su vida entera. 


Cuando partió a su presencia no dejé de preguntarme ¿por qué ella? ¿Por qué si era tan buena? Ella amaba de verdad, no guardaba o sentía odio hacia nadie. Dios y su fe eran siempre su prioridad. 


Mi esposa siempre fue para mí una mujer intachable. Recuerdo mucho cuando le decía que ella iba a ser una de las 144 mil personas que menciona el libro del Apocalipsis, capítulo 14, donde los elegidos de Dios van a cantar un cántico nuevo que solo ellos conocerán. 


Sé que muchos también se preguntaron ¿por qué ella? Su sonrisa cálida y su carisma la llevó a hacerse querer por muchas personas. Precisamente por eso, lo que sucedió fue completamente inesperado.


Sin embargo, algo que impacta mi corazón es ver que incluso después de su muerte, quienes la rodeaban creen que lo que ella sembró germinará de una forma diferente en su ser. No en su muerte.


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¿Por qué la muerte trae confusión?


El día que ella murió, yo estaba en el hospital, roto, quebrado, con muchas preguntas. Recordaba cómo unos días atrás íbamos en nuestro carro cantando la canción de Planetshakers “I know who you are”.


Creíamos que todo iba a estar bien, porque conocíamos a un Dios bueno, que ama y está con nosotros en todo momento. Luego me encontraba preguntándome: ¿realmente sé quién eres tú, Dios? ¿Me amas lo suficiente como para dejar que esto me pase? ¿Este dolor, esta agonía, esta vida que parece no tener consuelo? Y es que es muy difícil ver a un Dios de amor en medio de los momentos más críticos.  


No entendía dónde estaba Dios. No entendía si las promesas subrayadas en mi Biblia, era algo que realmente fue enviado por Él o si fue simplemente una emoción que sentí para recibir beneficio personal y no para su gloria. 


Pese a todo, el domingo siguiente de decir adiós decidí ir a la iglesia, necesitaba de su  fuerza y darle un tributo a mi esposa fallecida. Algo dentro de mí seguía conociendo a Dios y reconociendo que Él es bueno y que en realidad nos ama. 


Creo que al final eso es lo que se llama fe. Tomar la decisión de creer en Dios aunque no vemos con claridad el camino, aunque haya confusión. 


Entre las nubes oscuras, sin luna, sin sol, sé que mis pasos están guiados por su amor y que cada uno de ellos me llevará por un buen sendero, porque mi vida está llena de Él. 


La vida es difícil, sí, pero trata de tomar la decisión de creer en Dios


Al  ver que mis hijas se habían quedado sin mamá, supe que necesitaba una fuerza sobrenatural para continuar y que aquella solo vendría de Dios. 


Mi Dios de amor, de bondad, de milagros, mi Dios que hace lo imposible posible. Aquél que en la peor situación nos recuerda que todo va a estar bien.


No les miento, lo que estaba sucediendo me causó dudas, confusión y un revuelto de emociones, pero decidí creer en Dios. Aferrarme a esas antiguas experiencias con mi Padre, que me hacían sentir que había esperanza en medio de tan devastador momento. 


La mejor forma de creer en Dios y seguir adelante con tu fe es confiar en su palabra 


Había experimentado a Dios a través de la lectura de la Biblia. Innumerables veces sentí que lo que leía estaba relacionado con la situación que estaba viviendo en ese momento.  Esa creencia de que Él habla por medio de la Biblia sigue latente y a pesar del dolor, quiero escuchar siempre su voz. 


Normalmente usaba mi Biblia física, pero en ese momento de caos no la encontré, así que decidí leerla en el iPad que era de mi esposa. Precisamente al abrir el libro estaba en el versículo de Juan 16:16. “Dentro de poco, ya no me verán más; pero tiempo después, me verán de nuevo”. 


Seguro ella estaba leyendo ese versículo y lo dejo ahí a propósito para mí. Quedé en shock, no podía creer que existiera semejante coincidencia. 


Así que entendí que Dios me estaba hablando de “nuestra esperanza eterna”. Decidí leer el capítulo completo y era Jesús hablando de su muerte a los discípulos. Diciéndoles que  aquello les iba a traer mucha tristeza, pero después de un tiempo, iba a llegar una gran alegría. Una promesa más para subrayar en mi Biblia. ¡Quizás la más grande de mi existir! 


¿Puede la tristeza transformarse en alegría?


Cuando leo esta historia, realmente me sorprende que la idea de Dios para darnos salvación tenga que ver con la muerte de su hijo. 


Pensaba en cómo Dios, al ser quien es, no escogió una forma diferente para otorgarnos esa salvación.


Es que definitivamente los seres humanos limitamos a Dios con nuestras creencias, conocimientos, formas de ver la vida y no sabemos que Él piensa más grande que todos nosotros. Para Él, la muerte es vida y nuestras dificultades son oportunidades. 


Fue la mismísima muerte de Jesús la que dividió la historia de la humanidad en dos partes. 


Definitivamente la promesa de traernos alegría que nos dejó Dios en Juan 16, ¡se cumplió! ¿Por qué? Porque está su Espíritu Santo con nosotros. Es Él quien nos consuela y nos da la fuerza y alegría que necesitamos en los momentos difíciles.


Quiero decirles: La fe es la clave para continuar


La muerte para mí pasó de ser un tabú a una realidad. ¿Dolorosa? Claro que sí, pero los que creemos de corazón en Jesús y confesamos que Él es nuestro Señor, sabemos que iremos al cielo y que esa promesa es para todos. 


Sé que mi esposa me espera allí, en esa realidad celestial. Ella se encuentra al lado de Jesús siendo feliz y un día nuestras hijas y yo la veremos y la abrazaremos de nuevo con gozo incesante. 


Por ahora continuaremos nuestra vida, con la fe intacta


Hay momentos en los que no entendemos porque pasan las cosas, pero sé que Dios al ser bueno se lleva las personas justas porque quiere protegerlas del mal que vendrá.


Isaías 57:1 “La gente buena se muere; muchas veces, los justos mueren antes de que llegue su hora. Pero a nadie parece importarle el por qué; tampoco se lo preguntan a sí mismos. Parece que nadie entiende que Dios los está protegiendo del mal que vendrá”.


También creo que la muerte no es un diseño original de Dios. Pienso que entró a nuestra humanidad por causa del pecado de Adán. Del mismo modo, creo que no es un diseño original que los padres entierren a sus hijos. 


Sin embargo, a lo que voy, es que habrá momentos en los que no entenderemos por qué suceden las cosas. En esos casos, lo único que podemos hacer es tomar la decisión de continuar creyendo, porque al final de todo hay alegría al saber que nuestros ojos están puestos en el Dios verdadero.


Él tiene el control. Él es mi fuerza, mi esperanza eterna. 




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PSICOLOGO, VIUDO, PADRE DE DOS NIÑAS 







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